jueves, 7 de junio de 2012

Yolanda

nunca leerás esto, Yolanda, aunque vives en el sexto y yo en el octavo, porque este blog no lo lee ni dios salvo los muy amigos, y porque la distancia que media entre dos tramos de escalera y una puerta -cerrada- es una distancia infinita. Porque ayer tu marido tocó fondo y se encerró en casa con tal violencia que provocó un arrebato policial en la puerta de casa, una pesadilla de luces azulesa mediodía y por la tarde, ocho coches ¿cómo cabrían tantos maderos en el rellano? perdona que te diga, Yolanda, que tu marido se había encerrado en casa y no atendía a razones. intentaron convencerle todos los policías, los psicólogos del samur. horas y horas de impuestos. nuestros...y después de tanto despliegue, decides que no le denuncias. los polis se van de vacío y esto solo ha sido un show. Sé de buena tinta que le tienes miedo, un  miedo cerval, tanto como para haber dormido con él después del tremendo numerito, y que sigues viviendo en la casa aunque prácticamente todas las vecinas nos hemos ofrecido a acogerte. No sé qué haces Yolanda, salvo servir al miedo. Hacen falta muchos años para forjar una dependencia así. Me lo ha contado en confidencia mi conserje, pero os lo comparto porque total esto no lo lee nadie. tengo un loco, un potencial asesino bipolar, viviendo -si eso es vida- encerrado en su casa, y su mujer lo aguanta.

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