Como toda españa, como gran parte del planeta, (menos los parásitos que asisten desde el palco y que por supuesto no han pagado entrada) sigo el partido en la tele. Aunque la bandera española me recuerda demasiado a los tiempos de franco y aunque opino que el fútbol no debería ser tan importante, no he conseguido sustraerme a la emoción. Esos chicos vestidos de rojo son un maravilloso lenitivo para los dolores de la españa real. El joven jordi alba acaba de marcar el dos a cero.
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Frivolizo: en el césped, están de moda las zapatillas rosas y con detalles fluo. Son destacables las fantasías capilares: las ingles brasileñas en el cráneo de balloteli, el pelazo de pirlo y la peluca del entrenador alemán en el partido anterior.
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Los hombres están especialmente guapos cuando juegan bien al fútbol, tienen algo de héroes y da gusto unirse a todo el mundo en un grito de entusiasmo. el barrio canta y se eleva con cada Aaaay y luego Gooool y una siente que forma parte de algo.
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Acaba de marcar el tres a cero el niño torres. El barrio no espera al final del partido. Gritos, bocinas y cohetes presagian una noche de fiesta y ruido. ¿Servirá de algo esta gesta histórica?
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¡Cuatro a cero! los locutores, eufóricos, orquestan la entrega de medallas.
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ultimo apunte. sara entrevista a iker, ella sosísima (acojonada por el tuiter) y él, un verdadero profesional. beso beso beso! ...sólo abrazo. esto es españa.
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Me bajo a celebrarlo a la bien tirá.
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