sábado, 27 de noviembre de 2010

PANTALEGGINS


Mientras zapatero se reúne con las principales empresas para ver como salimos de esta, jeje, nosotras nos vamos de compras, o mejor dicho, a mirar, como las demás clientas de las tiendas de goya y serrano. bueno, no, no todas miran, puedes ver a jóvenes parejas adineradas portando sinnúmeras bolsas de grandes boutiques, pero son pocos. Casi todas miramos, yo especialmente, fijándonos muy bien a dónde hay que ir cuando empiecen las rebajas, que la miseria y el estilo pueden convivir, ea.

Hemos visto muhas tiendas. hemos entrado, también. Y entre las prendas reseñables, están dos que reflejan especialmente la cosa rara de nuestros tiempos: Los "pantaleggins", medio ceñidos medio abolsados, arrugados casi siempre, que pueden envainar las piernas de cualquier tipo de ser, gordis, piernas de gallina, pelo largo pelo corto pelo duro, un pantalón multiuso multigéneros que puede llevarse en cualquier estación, a cualquier hora y en cualquier entorno. mucho más llevables que los pseudo loboutin que amenazan con sus tachuelas y tacones de 15 cms. y que no me explico que nadie pueda ponerse si no es para salir en el papel couché. Y es que se lleva todo, el coturno o la bailarina, el espadachín, el chaleco animal, las prendas desiguales...hemos visto camisetas y pantalones llenos de agujeros al módico precio de cuarenta pavos...Se advierte que la moda, en su eclecticismo, fagocita toda aquello que existe. Otro ejemplo, el "chandaleco": una prenda de toda la vida se combina con el atuendo favorito de la esteban en una fusión fría, tan adecuada para ir al súper como al oculista. A un oculista caro con la vista gorda, se entiende. En fin, que estamos muy contentas de no haber gastado un duro más allá de lo necesario. es decir, cero en ropa, (porque hemos concluido que tenemos de todo, al menos hasta las rebajas) y en lugar de apuntarnos a la moda híbrida de chandalecos y pantaleggins hemos hemos ido a un supermercado lujoso y ha caído medio kilo de langostinos, un vinito, rúcula, alcaparras, verduras juliana y un montón de fruslerías, todas ellas comestibles. En suma, víveres. Y encima nos han dado puntos para que sigamos gastando esta navidad. Que nos lo hemos pasado bomba y que nos da igual que los próceres empresarios y políticos hayan llegado a una solución, o no, porque a estas alturas ya disfrutamos con cualquier cosa que podamos procesar en la cocina, sin esperar a grandes recetas. Un langostino cocido a tiempo es una victoria.

Y a todo esto, el papa sin dimitir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario