jueves, 8 de marzo de 2012

Trabajar como chinos


Ayer estuvimos en el teatro, en la sala pequeña del Español, viendo Incrementum, una deliciosa obra que refleja estupendamente la alienación a la que están sometidos los trabajadores. Es una comedia pero en el fondo es tremendamente triste...
Dice el exitoso dueño de mercadona en declraciones a 5 días que debemos imitar la cultura del esfuerzo de los chinos que han llegado a España a montar bazares. Me cago. Sé muy bien como funcionan los chinos y no voy a decir que censuro sus prácticas, a ver si voy a parecer racista, pero muchas de ellas son simplemente ilegales o cuando menos sospechosas. Venden alcohol a menores desafiando la ley a varios niveles. No respetan los derechos de los trabajadores, o por decirlo de forma educada, han sido pioneros en la explotación de estas personas que trabajan sin atender a horarios, ni tiempos de descanso, ni el mínimo confort. Por supuesto ignoran todo lo relativo a licencias. Tampoco creo que tengan ningún sistema de seguridad, ni un extintor ni una leche. Detrás de estos negocios hay mafias, muchas veces familiares, y resulta más que sospechoso que sólo muevan dinero en efectivo. Por supuesto, todo tolerado por las autoridades, que como el señor Roig, deben considerarlo un modelo ejemplar, como el neovegas que aguirre y botella tanto desean. No se puede ser más despiadado. Eso no es cultura de esfuerzo. Eso es directamente una mierda.
A mí sí que me criaron en la cultura del esfuerzo. Me educaron para trabajar, y para que una buena parte de mi salario sirviera a todos, incluidos los que no han triunfado, los pobres, los fracasados, los locos, los viejos, los enfermos, a través de mis impuestos; me educaron un montón de libros de gente mucho más sabia que yo y que me siguen iluminando para aportar, para crear valor. No se trata de comprar a dos y vender a cinco, dejando los derechos de todos por el camino. No me interesa esa cosa de acumular riqueza. Si gano dinero con mi esfuerzo es para gastarlo en las cosas que me gustan y generar riqueza a mi alrededor.
Yo sé como funciona la gran distribución, y el señor Roig lo que ha hecho ha sido darle una vuelta de tuerca. No sólo aprieta a lo bestia a sus proveedores para hecerles un hueco en el lineal. Simplemente les hace controlar la cadena de producción para que a su vez aprieten las clavijas a agricultores y fabricantes para que todo sea cada vez más barato. Igual que los chinos. Sin duda él gana dinero, y por ejemplo, los agricultores tienen asegurada la venta de su cosecha, cosas buenas sin duda, pero ¿a qué precio?

¿Cuánta basura puede comprarse cada vez más barata en los bazares chinos? ¿Cuántos millones de artículos se almacenan en las naves del polígono cobo calleja? Ropa fea, de mala calidad, artículos deleznables de usar y tirar, productos mal hechos, fabricados por esclavos en fábricas inmundas, que contaminan sin medida, un sistema infernal para que gastemos nuestro dinero en cosas baratas, cada vez más baratas...que salen muy caras cuando se rompen o pasan de moda. Todo lo que venden los chinos es efímero y va directo al basurero. Nada dura, nada vale lo que cuesta. ¿Es esta la cultura del esfuerzo que admiran los hombres de éxito de nuestro país? ¿que todo sea cada vez más barato?
¿Es necesario que haya cada vez más cosas y más baratas? ¿Será porque está previsto que nosotros, los consumidores, ganemos cada vez menos, tengamos cada vez menos gusto, menos criterio y menos dignidad para exigir servicio, calidad y valor añadido? Si es así, todo cuadra. Seamos como chinos, trabajadores sin derechos, esclavos consentidores de esta decadencia, que aspiran al éxito y al lujo que sólo la élite (que por cierto es cada vez más rica) puede permitirse. Ahí está lo bueno, lo inalcanzable, en la tele y en los escaparates de las grandes marcas de Serrano, donde, por cierto, igual que en los chinos, corre el dinero en efectivo con prodigalidad. No voy a decir que lo censure, no me vayan a acusar de comunista furiosa, pero desde luego, resulta muy sospechoso y poco edificante.
Id a ver Incrementum. El montaje es estupendo y las actrices se esfuerzan en serio para hecernos reír. Que buena falta nos hace.

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